MURASAKI. El sueño de las Cattleyas es una obra en solo, en la que se articulan las técnicas de circo (equilibrio sobre botellas, equilibrios invertidos, contorsión, suspensión capilar, acrobacia aérea sobre cuerdas, manipulación de objetos), la danza de inspiración butohica y la proyección audiovisual con una estética de inspiración japonesa, para profundizar en los oscuros mares del inconsciente femenino. ​

Murasaki es una palabra japonesa que significa violeta, mientras que Cattleya es una especie de orquídea típica de Colombia. Estas esencias encarnan a la protagonista, para transitar por el sueño de las orquídeas, un lugar donde Murasaki (cattleya violeta y rojiza) vive un ciclo de nacimiento a muerte durante las 4 estaciones del año mutando de una esencia a otra en su desarrollo. ​Murasaki es mujer, demoniza, diosa, flor, grulla y nieve. Ella son las fases irrefutables de vida y muerte de la naturaleza. Es cíclica, ancestral, no se rige por los parámetros de la racionalidad y la lógica ordinaria, no respeta estética o definición; ella es contradicción. ​

Murasaki es un viaje onírico y floral hacia lo profundo del inconsciente colectivo de donde emergen los arquetipos de lo femenino, la vida, la muerte y su expresión metafórica a través de la efímera vida de las flores. También es símbolo de lo que hay más allá de los ciclos. Es la transición de la forma hacia la esencia, la liberación de la rueda del Samsara.